SEGUIR A JESÚS

Jesús pasó a la historia de la humanidad hace más de 2,000 años. Vivió por 33 años, completamente Dios y completamente humano. Él es el hijo de Dios y vino a dar paz a un mundo en guerra consigo mismo.

Jesús eligió sacrificarse a sí mismo en cruz para que cualquiera que crea en Él pueda pueda tener eternidad con Él en el cielo. Jesús tomó el peso de toda la maldad y oscuridad que se había creado y permanecido en la brecha para que seamos vistos como puros e irreprensibles a los ojos de Dios.

Jesús nos enseñó cómo vivir por fe amando con todo, sirviendo con pasión y dando con generosidad.

Su vida es una prueba de que:

Tu futuro está al otro lado de tus fallas.
Tu grandeza está al otro lado de tu dolor.
Tu libertad está al otro lado de tus miedos.

“Piensen en ustedes como Cristo Jesús pensó de sí mismo. Él tiene el mismo status que Dios pero no se piensa mayor a sí mismo que tuvo que aferrarse a las ventajas de ese estatus sin importarle nada de nada. Cuando llegó el momento, dejó de lado los privilegios de la deidad y asumió el estatus de esclavo, ¡se hizo humano! Habiéndose convertido en humano, permaneció humano. Fue un proceso increíblemente humillante. No reclamó privilegios especiales. En cambio, vivió una vida desinteresada y obediente para luego experimentar una muerte desinteresada y obediente, y del peor tipo, una crucifixión ".

FILIPENSES 2:5-8  (MSG)